-Lo sabía. Mike se acaba de marchar. Creo que ha ido a echar una cabezadita -dijo Corky, entrecerrando los ojos y mirando al otro extremo de la cúpula envuelta en penumbra-. Aunque creo que todavía puede darle alcance -añadió, señalando, dedicándole una sonrisa perruna-. Mike alucina cada vez que ve agua.
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