Al mirar la chamuscada corteza de fusión, Rachel casi pudo ver al meteoro cayendo en dirección a la Tierra, envuelto en una furiosa bola de llamas. Por increíble que pareciera, aquello había tenido lugar hacía siglos. Ahora, la bestia capturada colgaba de sus cables ahí delante con el agua rezumando de su cuerpo. La cacería había terminado.
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