Mientras el agente del Servicio Secreto de la Puerta Este la conducía hasta un ornamentado vestíbulo, Gabrielle se preguntaba qué demonios estaba intentando probar su anónimo informador. Invitarla a la Casa Blanca era una locura. "¿Y si alguien me ve?" Últimamente se había dejado ver con bastante frecuencia en los medios de comunicación como la mano derecha del senador Sexton. Sin duda alguien la reconocería.
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