Rachel estaba sorprendida. Siempre se había imaginado los meteoritos como los de la primera muestra: bultos metálicos y de aspecto alienígena. El meteorito que sostenía en la mano parecía cualquier cosa menos extraterrestre. Aparte de la superficie exterior abrasada, no se diferenciaba en nada de algo que hubiera podido pisar caminando por la arena de la playa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario