"Comunicador de Seguridad Portátil", pensó Rachel. Esas cabinas de comunicación móviles eran instalaciones de batalla de lo más común, aunque Rachel jamás habría esperado encontrar una de ellas empleada como parte de una misión de paz de la NASA. De todas formas, el director Ekstrom procedía del Pentágono, de modo que sin duda tenía acceso a juguetes como aquel. A tenor de los rostros severos de los dos guardas que vigilaban el CSP, Rachel tuvo la clara impresión de que el contacto con el mundo exterior tenía lugar sólo con el expreso consentimiento del director Ekstrom.
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