-Deberíamos llamar al controlador -declaró Delta-Tres. Delta-Uno miró fijamente la imagen del solitario Wailee Ming, asomado precariamente al borde del foso de extracción. No tenía a nadie cerca, y el agua helada tenía la habilidad de amortiguar la capacidad de gritar del ser humano. -Dame los controles.
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