-Se acabó el paseo, chicos -dijo Norah-. Ha llegado el momento de la verdad. -Cogió una silla plegable, se subió encima, y gritó con todas sus fuerzas-: ¡ Salida a la superficie en cinco minutos. Todos a sus puestos¡ Por toda la cúpula, como perros obedientes respondiendo al timbre de la cena, los científicos dejaron lo que estaban haciendo y se apresuraron hacia la zona de extracción.
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