El Presidente volvió a reír. Un discreto repiqueteo en la puerta anunció la llegada del café. Una mujer de la tripulación de vuelo entró con una jarra de estaño y dos tazones, también de estaño, sobre una bandeja. A petición del Presidente, la azafata dejó la bandeja sobre el escritorio y desapareció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario